Un estudio encabezado por Luis Abraham Sánchez Gaspariano, investigador de la Facultad de Ciencias de la Electrónica de la BUAP, explora cómo la música puede reducir el estrés a través de mediciones eléctricas en la corteza cerebral.
Inspirado en un estudio previo del neurocientífico Jacob Jolij, Sánchez Gaspariano aplicó un modelo matemático para cuantificar la sensación de bienestar que ciertas canciones provocan en los oyentes.
El equipo de la BUAP utilizó una diadema de electrodos para medir las señales cerebrales en estudiantes, al escuchar canciones que previamente habían sido identificadas como generadoras de felicidad.
El software procesó los datos, obteniendo valores numéricos que reflejaban niveles de relajación y estrés, de ahí, que encontraron correlaciones entre los niveles más bajos de estrés y las canciones que inducían mayor bienestar.
El experimento ha mostrado coincidencias con el trabajo de Jolij, pero con una metodología cuantitativa, ofreciendo un nuevo enfoque para la medición precisa de la respuesta cerebral a la música.
Según Sánchez Gaspariano, la música que disminuye el estrés puede tener aplicaciones importantes en distintos contextos.
Uno de los enfoques futuros del proyecto es estudiar su impacto en conductores de transporte público o personal médico en situaciones estresantes. Para ello, se están diseñando experimentos con estudiantes de la Maestría en Automatización de la BUAP.
El principal desafío técnico radica en obtener datos precisos debido al ruido en las señales eléctricas, que pueden alterarse con movimientos como un parpadeo. La mejora de los equipos, como las diademas de electrodos, será crucial para captar mejor las reacciones en tiempo real.
El investigador también está interesado en probar con diferentes géneros musicales, como la salsa o la cumbia, para medir su impacto en la memoria y las emociones.
La investigación promete aplicaciones en otros campos, como el aumento de la productividad o la mejora del ambiente laboral en sectores de alta presión.
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